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El Movimiento Internacional Somos Iglesia se alegra del cambio de rumbo impulsado por el papa Francisco

 

El Movimiento Internacional Somos Iglesia se alegra del cambio de rumbo impulsado por el papa Francisco

 

Hace un año la Iglesia Católica demostró que tenía capacidad real para reformarse a sí misma. Una reforma que anhelábamos y esperábamos desde hacía mucho tiempo.  La renuncia de Benedicto XVI fue el instrumento que permitió la elección de Francisco, la cual ha dado esperanzas a los cristianos sobre el posibilidad de un cambio de rumbo en la Iglesia.  La crisis en lo más alto de la Iglesia había llegado a tales niveles que es imposible no creer que el Espíritu Santo está detrás de estos hechos.

 

El papa Francisco ha puesto el Evangelio y la alegría de vivir el momento presente en el centro de su ministerio. Aquellos que se han sentido sanados y salvados por la Palabra de Jesús pueden, por tanto, amar mucho, perdonar y compartir el sufrimiento de todos.

 

Éste es el mensaje básico de Francisco,un mensaje sencillo para las personas normales y corrientes, para todos aquellos que son pobres de espíritu y de quienes es el reino de los cielos. Este mensaje ha sido oscurecido durante demasiado tiempo. Con frecuencia en muchas situaciones ha sido apenas visible, enterrado por la realidad agobiante de la Iglesia. Ahora todo es más fácil. Había una gran expectación sobre que esto pudiera ocurrir. Los movimientos de base siempre han querido que el mensaje de Jesús  fuera más visible y comprensible, incluso para aquellos que no son creyentes o que están en búsqueda de la verdad.

 

 El papa Francisco es para nosotros, con algunas contradicciones, un intérprete de estas esperanzas y expectativas:

 

  • La Iglesia, si es pobre y de los pobres, nunca puede apoyar los valores negativos del mundo que amenazaron la paz mundial al principio de este milenio. La Iglesia debe dar testimonio de los valores alternativos de justicia y poner énfasis en la paz, la libertad y el respeto por los derechos de cada hombre y cada mujer.
  • En nuestro mundo globalizado la economía aún sigue mereciendo el juicio de las duras palabras de Jesús a los mercaderes del templo (Marcos, 11,15).  Estas palabras se han pronunciado de nuevo, con términos actuales, en los párrafos 53-56 de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, escrita por el Papa Francisco en noviembre. De este modo, la Iglesia se aleja de su posición predominantemente europea y occidental para ser creíble a los ojos de las personas del Sur.
  • Aquellos que intentan vivir según el Evangelio y llevar el Evangelio al mundo, escuchan, comprenden, practican la misericordia y participan en lo que ocurre en los márgenes de la existencia. Saben que hay una jerarquía de verdades y mandamientos. El “sábado” y la doctrina no deben nunca prevalecer sobre la solidaridad y la buena voluntad. Los ministerios significan algo si expresan una atención pastoral que va más allá de la aplicación rígida de la  ley canónica. El sufrimiento del Pueblo de Dios respecto a los temas de la sexualidad y de la familia tiene que ser oído, y ello ha empezado a pasar.
  • Toda la estructura de la Iglesia y en concreto su organización central, debe ser descentralizada. Esto se aplica no solamente a la relación del Vaticano con los obispos sino también al papel del Pueblo de Dios (cfr. Evangelii Gaudium, 102) si el evangelio se quiere llevar a todas las culturas en el mundo y se pretende practicar la unidad en la diversidad. La estructura necesita potenciar las muchas energías que están presentes en todas partes en la Iglesia, de manera que las personas sean realmente los actores que lleven las riendas en la nueva evangelización. Una reducción del peso y tamaño de la Curia Romana se requiere para esta reforma radical, la cual es esencial para un nuevo ecumenismo en el cual todas las Iglesias cristianas sean iguales.
  • La corrupción debe ser erradicada y las estructuras financieras organizadas de acuerdo con el evangelio y sus planteamientos de pobreza, austeridad y ayuda a los pobres. Esperamos con interés un debate auténtico  sobre los símbolos, el poder y la diplomacia utilizados por el Vaticano como Estado en el escenario mundial.

 

 Estos puntos, propuestos por el nuevo Obispo de Roma, tienen una amplia aceptación del Pueblo de Dios para que sean un cambio claro con respecto a la situación anterior.

 

No sabemos si habrá éxito. Puede ser algo lento o solo algo parcial. Nuestra esperanza es que estos cambios se verán cada vez más como la esencia y la acción de cada creyente y de la comunidad cristiana. Confiamos en el Espíritu Santo.

 

Nos preocupa que estas expectativas de reforma puedan ser defraudadas. Somos conscientes de la fuerte resistencia que las estructuras clericales han intentado organizar.  Por esa razón, el Movimiento Somos Iglesia mantendrá su independencia del control de la jerarquía y continuará expresando su opinión sobre el papa Francisco y su curia con libertad absoluta.

 

Esperamos que Francisco reconocerá explícitamente pronto el papel de aquellos que, inspirados por el Concilio Vaticano II, han expresado opiniones críticas. Algunos han hablado a título personal y otros como grupos organizados. Ellos han contribuido a que emergieran y se difundieran opiniones que solamente se fortalecerán en el futuro. Muchos teólogos y teólogas críticos, sacerdotes y  hombres y mujeres laicos han sido excluidos injustamente durante años. Esperamos que sean readmitidos completamente para contribuir plenamente en sus comunidades eclesiales.

 

La Iglesia, según este Nuevo rumbo, debe acoger a todos y hacer participar a todos en esta nueva evangelización genuina. Ponemos nuestra esperanza y confianza en Francisco. ¡Que el Espíritu Santo le ilumine!

 

Contacto con los medios de comunicación:
Christian Weisner, Tel: +49-172-5184082, This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. 
www.imwac.net/413/index.php/contact/contacts: Página web www.we-are-church.org/

 

El Movimiento Internacional Somos Iglesia se fundó en Roma en 1996 y está representado en más de veinte países de todos los continentes y trabaja en coordinación con grupos afines de reforma en todo el mundo. Somos Iglesia es un movimiento internacional dentro de la Iglesia Católica Romana e impulsa la renovación sobre la base del Concilio Vaticano II (1962-1965).  Somos Iglesia empezó en Austria en 1995 con una campaña de recogida de firmas sobre la Iglesia.